domingo, 6 de abril de 2014

Iglesia de Santa María de la Encarnación durante el mandato  de la Orden del Temple en Jerez de los Caballeros.

Recreación de la antigua Iglesia de Sta. María junto a la fortaleza del Temple


   Opinaba acertadamente D. Matías Ramón Martínez refiriéndose a este templo después de conquistada Xerez: ...En cambio, fue la iglesia principal cuando la población cayó en poder de la Orden de los templarios, quienes al encontrarse un templo que (bien por tradición oral o bien por que conocieron el epígrafe visigótico) supieron había sido en otro tiempo santuario de la Virgen María, patrona de la Orden del Temple, debieron tener gran júbilo en confirmar la consagración verificada en el siglo VI. Ellos dedicaban a Santa María las iglesias parroquiales de los pueblos de su Orden, como se demuestra por las de Olivenza, Jerez, Fregenal, Burguillos y otros pueblos próximos; de suerte que debieron acoger con satisfacción esta coincidencia de la de Jerez... Sin embargo, la palabra coincidencia, para quien conoce un poco la línea y el argot ideológico de los templarios, no es la correcta. Existen unas pautas en el comportamiento de búsqueda sistemática por parte de los templarios de lugares cultuales que pertenecieron a los visigodos. Más aun si el enclave se dedicaba a la advocación de la Virgen (Nuestra Dama o Señora, como ellos la llamaban) De ahí que efectivamente debieron sentir gran satisfacción al recuperar el antiguo templo que fuese fundado en nombre de la Gran Madre Universal, en el sentido más profundo de veneración que le ellos le daban.


Pieza tallada con relieves vegetales, procedente del antiguo templo visigodo de Santa María.

   De cómo supieron de la consagración en este lugar, antaño implantada por los visigodos, es difícil saberlo, como ya hemos leído, pero no me cabe la menor duda de que no fue debido, a la casualidad, si no que por el contrario hubo una causalidad precedente que provocó la llegada precisa del Temple a este lugar.
                                                                           Un templo muy antiguo

   La importancia del enclave, reside en ser el templo con mayor antigüedad levantado a Santa María (que se sepa hoy día) en la península ibérica, pues según dicta un epígrafe inscrito sobre un monolito encontrado entre los cimientos del templo, nos verifica claramente la consagración del templo nada menos que en el siglo VI d. C. La prueba arqueológica apareció en el subsuelo de esta iglesia, al efectuarse unas obras en el lado de la epístola, para levantar un retablo a Santa Catalina de Sena. Se trata de una columna con una inscripción o epígrafe escrito en letra visigoda que contiene la siguiente traducción: …EN EL DIA NOVENO ANTES DE LAS CALENDAS DE ENERO DE LA ERA 594, FUE DEDICADA ESTA IGLESIA A SANTA MARIA… (1) que correspondería al 24 de diciembre del año 556 d C. (otros autores apuntan al 546) tiempo en el que los visigodos, gobernados por Atanagildo (554-567) aún mantenían su culto arriano en la mayor parte de la península, impidiendo el expansionismo cristiano con la rapidez que lo hacía en otras partes. No es hasta el 8 de mayo del año 587 cuando Recaredo  tuvo que permitir el libre culto entre la población hispano romana; adelantándose la instauración mariana en 31 años a esta fecha. Desde su consagración hasta ahora (2014) han pasado nada menos que 1427 años.


Epígrafe en la columna visigoda de Sta. María. 

    Este raro testimonio histórico, difícil de encontrar por su claridad, es de los pocos referentes fidedignos que se tienen del restringido culto que se dedicó a la Virgen María en los primeros siglos de la expansión del cristianismo por Europa. Existen testimonios muy antiguos, algunos muy discutidos, pero ninguno se señala como anterior a el templo jerezano. Entre estos se cuentan una lápida encontrada en Villares de Hortichuela, Granada y unos epígrafes que hablan de unas basílicas levantadas en Mondoñedo, ahora Virgen de los Remedios y en Porcuna, la Virgen de Alharilla. (2) Otros autores, señalan que en Guarrazar se levantó un templo a Santa María de Alficén; en Agreda la Virgen de los Mártires, plaza donde tuvo iglesia convento la orden del Temple; así mismo se enumeran Santa María de Egara en Tarrasa, Santa María de Egabro en Cabra, Santa María de Verones, cerca de Gijón, y curiosamente se nombra a Santa María de la Zambra como iglesia visigoda de Jerez de los Caballeros, (3) sin que el autor notifique la fuente de tal afirmación. Analizando la palabra “zambra”, nos encontramos con que era un baile o algarada producida por mucha gente, derivado de una antigua danza morisca, lo que no concuerda con los tiempos visigodos, encajando mucho más en el tiempo de los mozárabes o incluso templarios, pues toda la zona adyacente, llamada el Toledillo, pertenecía a judíos y moriscos. Sin embargo y hasta hoy nos ha llegado con la advocación a Santa María de la Encarnación, llamada seguramente la Mayor en tiempos de los templarios.

Parte trasera de Santa María, correspondiente a la más antigua del templo.
  Es poco probable, que bajo la posterior dominación andalusí permitiesen que la iglesia visigoda continuase con el culto a la virgen, profesado ahora por mozárabes de origen hispanorromano; pues se ubicaba en un lugar especialmente preferente de la ciudadela musulmana, por lo que el antiguo templo debió ser desmantelado (de ahí que el fuste estuviese enterrado) y sus piedras fuesen reaprovechadas para construir, tal vez, una mezquita u otros edificios. Nada conocemos acerca de cómo pudo ser este primitivo templo visigodo, ni su tamaño, ni su estructura, aunque al erigirse, el epígrafe la señala como iglesia, que, tal vez, pudo engrandecerse y enriquecerse con privilegios hasta llegar a convertirse en basílica. 

Columnas góticas de factura anterior al templo actual. 
   Algo curioso y enigmático nos muestra esta pieza arqueológica, y es, que el epígrafe está tallado en la parte contraria de donde debió ser inscrito, es decir, en la parte más ancha, que servía de base al fuste. Matías R. Martínez achacó este hecho a un error del grabador, aunque personalmente, afirmar esto me parece una solución demasiado simple. Mi idea es: ¿...manifestaban de esta forma los congregantes cristianos la negación de cualquier doctrina instaurada en tiempos pretéritos, ahora ya paganos…? O ¿...simplemente dejaron la parte más estrecha para hincarla profundamente en tierra, dejando a modo decorativo la basa circular que corona el fuste? En un artículo escrito para la revista Alminar, en enero de 1981, “Inscripción visigoda en la iglesia de Santa María” Casimiro González, recoge, de un artículo publicado en Madrid el 26 de marzo de 1881, la opinión de Aureliano Fernández Guerra que puede despejar de alguna forma esta incógnita: ...por los que suma el estar grabada sobre el fuste invertido de una columna cuya traza es totalmente extemporánea al arte visigodo, que más bien abona la posible existencia, en este mismo lugar, de algún templo pre-romano o paleo-cristiano, ya que la zona ha sido pródiga en estos hallazgos... 
     Esto nos sugiere que, casi con toda probabilidad, que la iglesia visigoda fue erigida sobre otro templo anterior, máxime cuando sabemos en la actualidad que el asentamiento jerezano, en general, es habitado desde el Calcolítico y la II Edad del Hierro, como se ha demostrado en las catas efectuadas en la fortaleza.

¿Que fue del templo Gótico?

    Bien sobre una mezquita, (aunque no se han descubierto restos arqueológicos) bien sobre restos mozárabes o sobre las ruinas de la iglesia visigoda, los templarios levantaron sin lugar a dudas su templo principal dedicado a Nuestra Señora. Prueba de ello, es que no construyeron la iglesia dentro de los lienzos de la fortaleza, como era lo habitual, si no que obligados por la distancia, adaptaron al máximo la estructura militar hasta el lugar donde se encontraba el primitivo templo, respetando de esta manera el sancta-sanctorum, elegido desde remota antigüedad 
   Aunque modesta, debió ser iglesia de mayor amplitud y belleza que otras del entorno dedicadas a Santa María, pues como dijimos, fue la única que encontraron fundada y dedicada a la Virgen. Esta relevancia cultual, le otorgaría ser iglesia principal o Mayor dentro del bailiato. Puede, que este hecho unido a la presencia de eremitorios mozárabes en la zona de San Bartolomé, ayudaran a que Xerez fuese elegida como epicentro o capital del bailiato.


Columnas sobre ménsulas de factura gótica semidestruidas.

   Este mismo título, debió ser la causa principal de la pronta desaparición de la iglesia gótica de los templarios: su privilegiado emplazamiento dentro de la villa, la toma de posesión de Xerez por la orden de Santiago y el auge económico que experimentó la población a lo largo del siglo XV, hicieron que ésta quedase pequeña, con un estilo e improntas pertenecientes a otro tiempo y, a otra orden, que, a la postre fue demonizada y extinta. 
   Decidieron entonces destruirla para modernizarla, incorporando a las sucesivas ampliaciones y reformas las nuevas tendencias arquitectónicas del siglo XV y siguientes. Recordemos que opinaba Matías R. Martínez al respecto: ...Y debía comprender la Orden de Santiago que la antigua iglesia de Santa María no correspondía, ni por su arquitectura ni por sus dimensiones, á la importancia que debiera tener como iglesia matriz de la Ciudad.
... (4)
   No hay constancia de la fecha en que comenzaron las transformaciones del templo, aunque existen documentos que parecen atribuir la construcción del crucero y la capilla mayor al maestro alarife portugués D. Juan Alfonso de Ladera. Las diferentes etapas constructivas parecen comenzar hacia finales del siglo XV y transcurrir a lo largo del XVI, siglo en que se efectúa la ampliación definitiva, aplicándose el estilo renacentista en su totalidad, como puede observarse en el exterior e interior del monumento. En esta época se sitúan la construcción de una cúpula y las crucerías de ambos lados de la capilla mayor, aunque una prospección más detenida de estas últimas, pudieran situar los muros del lado del evangelio en una fecha anterior. 
   Esta atenta prospección, parece indicarnos que el antiguo edificio dejado por los templarios no fue derribado por completo, aprovechándose buena parte de los muros y arcadas del lado del evangelio, donde parece que no hubo alteraciones notables en cuanto a su anterior alzado y orientación del póstico.
   En 1975, nuestro ilustre y ya desaparecido historiador jerezano Casimiro González, se apercibió de algunos restos góticos que aún quedaban expuestos en ciertos puntos del templo, encontrándose ocultos bajo la cal acumulada. Nos decía que: ...La actual fábrica del siglo XVI, ha enmascarado el primitivo templo, del cual aún se aprecian algunos vestigios dispersos... (5) Esto implica que, muy posiblemente debajo de los estucos de yeso, revestimientos de argamasa y capas de cal, podamos encontrar muros, puertas cegadas, arcadas camufladas e incluso pinturas murales pertenecientes a épocas anteriores, descubrimientos que ocurren a menudo en otras iglesias vecinas. 
   Después de analizar algunos detalles de la cabecera y brazo izquierdo del templo, (visto desde los fieles) que parecen corresponder a la zona más antigua del templo, puede deducirse, a falta de más datos arqueológicos que pudieran ayudar a vislumbrar la estructura original gótica, qué partes pudieron mantenerse y cuales fueron enajenadas para ganar espacio al templo.


Restos de las columnas del antiguo templo gótico templario, aprovechadas para fabricar un muro 
   Según se observa, se derribó todo el pie y brazo derecho de la cruz latina que conformaba el viejo templo, (incluida la base de los brazos laterales) para facturarse en los recios sillares de granito que vemos en la actualidad. En viejas fotografías de la trasera del templo, puede observarse (hoy enlucido) que esta parte está construida completamente en mampostería irregular con viejos sillares esquineros, lo que resulta una extraña combinación de materiales. Este contraste, puede responder a que economizasen en el presupuesto total de la obra, aprovechando que gran parte de las traseras de la iglesia se mantuviesen ocultas a la vista. También se derribó la antigua torre - campanario medieval, al igual que hicieran en San Bartolomé, dos torres que seguramente fueron de traza románica en transición al gótico. 
   La prueba más esclarecedora de cuantas podamos encontrar en la iglesia, (hasta la fecha) que alude a la existencia del templo gótico anterior, se encuentra justo enfrente, en el primer tramo del evangelio; estos, serían los mismos brazos de cruz latina de la iglesia templaria, pues aquí se alzan dos columnas angulares de un gótico más añejo. Nos decía D. Casimiro: ...Columnas de gótico capitel, testimonio de una fábrica más anterior a la que hoy presenciamos...  (6)

En el extremo del muro puede apreciarse una basa o capitel de la antiguas columnas templarias.
    En la capilla de al lado, (Virgen de la Leche) que es donde se encontró el pilar con la inscripción visigótica, existen otras dos columnas a medio destruir sobre ménsulas que parecen pertenecer al gótico, por lo que se evidencia más que esta parte correspondería a la zona más antigua del templo, es decir, la cabecera y el costado del evangelio. 
   Algunos restos del antiguo templo gótico se encuentran en el exterior de la zona sur del templo, frente a la llamada puerta del Sol, donde hay un pequeño muro de piedras que, si es observado atentamente, podemos apreciar piedras graníticas de acarreo, procedentes (por el corte simétrico octogonal) de las antiguas columnas del templo gótico. La piedra delantera, de diferente diseño, parece corresponder a una basa o capitel de columna. Estas piedras son iguales a las existentes en la iglesia templaria de Santa María de la Encina, en Burguillos del Cerro. El resto de piedras, que encajan perfectamente en la basa, fueron toscamente truncadas por la mitad para instalarlas de la forma que vemos en el muro. 
   No sabemos desde cuando ostenta Santa María el título: La Mayor, pero siendo la iglesia matriz de la bailía en los primeros tiempos de la reconquista y dado que en los siglos XII y XIII era común dar este adjetivo a las iglesias de relevancia, puede sospecharse su origen templario. El título continuó apareciendo siglos después en documentos y sellos como: ...Santa María La Mayor y más principal de Jerez y de sus Valles... debido a una serie de privilegios e indulgencias litúrgicas y patrimoniales que la diferenciaban de otras parroquias. (7) El título de La Encarnación de Nuestra Señora fue el título usado durante la Edad Media y puede que esta fuese su denominación primera, aunque hemos de contemplar el de La Zambra como otra posibilidad.  
   Había una virgen de la Encarnación homónima en Fregenal de la Sierra, que se encontraba en la antigua Valera, aunque su nombre cambiaría posteriormente por el de Virgen de la Salud, situada hoy día en la parroquia de Sta. Catalina de esta localidad. 
   En la iglesia de Sta. María de Jerez, se mantiene el culto a Santa María Magdalena, San Blas y una Virgen de los Ángeles llamada también de la Leche, por dar el pecho al Niño. Estas imágenes, aunque fueron instaladas en capillas siglos más tarde de la desaparición de los templarios, pudieron tener sus raíces en aquella época, pues son cultos muy expresivos del Temple y una de ellas, la de La Leche, aunque es de talla moderna, es la única virgen sedente que puede contemplarse  en Jerez.
   La orientación del templo es de 40° NE advirtiéndose que es la primera o última iglesia de una sospechosa alineación de templos intramuros que apunta en dirección: 30° NE y 210° SO con Sta. María, Ermita de la Vera-cruz, San Miguel, Sta María de Gracia y San Bartolomé, todos de gran devoción templaria.


                         © Isidoro Terrón Calvo. 2014

(1)-MATÍAS R. MARTÍNEZ Y MARTINEZ. MATÍAS R. MARTÍNEZ Y MARTINEZ. “El libro de Jerez de los Caballeros” 1892. 2° Edición: Junta de Extremadura. 1992. Pág.- 43-44
(2)-JUAN GARCÍA. ATIENZA. “Nuestra Señora de Lucifer” Martínez Roca. 1991. Pág. 20 
(3)-MANUEL CELADA GARCÍA. Editor. “El Libro de la Virgen” EDICEL, 1995. Págs. 964 - 965
(4)-MATÍAS R. MARTÍNEZ Y MARTINEZ. Obra antes citada. Pág.- 263.
(5)-CASIMIRO GONZÁLEZ CONEJO. “Jerez de los Caballeros”. Editorial FHER. 1974. Págs.- 38-39.
(6)-Ibidem. Pág. 39.
(7)-M. JESÚS CARRASCO MARTÍN. “Apuntes para la historia de la capilla de Santa María Magdalena, Iglesia de Santa María de la Encarnación” articulo aparecido en Semana de Pasión en Jerez de los Caballeros. Marzo 1994.  Pág. 172.

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